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a segunda fuerza más poderosa creada por los humanos es
la ideología (independientemente de cual), la primera es el amor, y si sé que
suena un poco cursi, hablar de amor en tiempos de odio, en tiempos donde las
ideologías se enfrentan de nuevo a la razón y la lógica, en tiempos donde los
nacionalismos toman fuerza una vez más, pero
tal vez por eso es que hay que hablar de amor en tiempos de odio.
Cuando pensábamos que no podían salir más películas de
judíos y nazis llega Jojo rabbit para demostrar que aún se pueden hacer
películas de la segunda guerra mundial. Esta vez con una sátira y burla a esa
ideología de superioridad nazi, poniendo de eje central a un niño de 10 años
que vive el fanatismo al máximo a tal punto que su amigo imaginario es el Fhurer (y no, no
es un spoiler) pero en su fanatismo se enfrenta a esa idea de un primer amor,
un amor que busca derrumbar todo en lo que él cree.
“Mientras
viva alguien que piense distinto a “ellos”, ellos no habrán ganado “ una frase
de lucha en contra de los que quieren imponer una idea y se niegan a aceptar que
existen personas que no piensan igual; que aceptan su diferencia como seres
humanos. El amor a la vida siempre ganara cualquier guerra que anhele muerte y
no habrá mayor resistencia que el amor aquello que nos hace humanos, soñar con
la libertad de nuestras sueños o metas, así la sociedad ponga barreras, quieran
encasillar y reducir la mente de los que somos libres de pensar a una cubículo de
oficina, si existe amor y pasión podremos bailar al final, en el triunfo de nuestro
sueños.
Narrar
una historia de segunda guerra mundial con un toque de comedia no es nada fácil,
pero el director de esta lo logro, JoJo Rabbit no es esa típica película grabada
con la paleta de color grises, es una película con colores vivos, aunque no es
una película con batallas sangrientas ni las típicas tramas bélicas , si
muestra esa escena final de la guerra donde un ejército llega a un pueblo alemán
ondeando su “gloriosa bandera de barras y estrellas”, escena que aunque
contiene una gran sátira y burla también logra reflejar miedo y angustia desde
la mirada de los civiles que ven como todo en lo que creyeron se va al diablo y como sus casas,
amigos y vidas desaparecen, con un sonido que impacta y con una música de fondo
que, aunque no es la mejor si logra su propósito primordial, trasmitir
emociones al público.
La interpretación
de Scarlett Johansson es muy buena, muestra su faceta de madre amorosa, dándole
un descanso a su papel de black widow en avergers, en su protagónico Roman Griffin
abre la puerta a una carrera con un buen futuro, su primer película y su primer
nominación a los óscar deja mucho que decir en futuro, además de que el niño es
guapo.
Una película
diferente a las típicas de guerra, una película que aunque es adaptada a
finales de la segunda guerra mundial nos refleja muchas situaciones que hoy después
de 70 años de ese episodio oscuro de la humanidad, aun suceden, seguimos
discriminando a personas “diferentes” a nosotros, seguimos peleando que si es
de derecha o de la izquierda, y un nacionalismo más marcado en toda América y
nos hace pensar en lo poco que conocemos la
historia, tal vez esta película no gano el óscar (porque fue un año muy
competitivo ), si se mereció ser nominada así como merece ser vista con un
ojo crítico o simplemente para pasar una tarde. Los nacionalismos y los odios
hacia las personas que piensan distinto en todo sentido no pueden seguir
tomando fuerza en pleno siglo 21, tenemos que aceptar que existen personas que
piensan distinto, que somos diferentes porque somos humanos y que el amor
siempre gana sin importar las diferencias de género, de color o de ideología. Pero
pensar en un mundo que acepta las diferencias es y será una bagatela.